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CONSUMO DE PESCADOS AZULES AYUDA A EVITAR ENFERMEDADES COMO EL HÍGADO GRASO




Para evitar enfermedades como el hígado graso se recomienda consumir pescados azules tres veces a la semana, además de verduras y frutas, y practicar algún deporte, señaló el Programa Nacional “A Comer Pescado” del Ministerio de la Producción.

“Recomendamos consumir pescado un mínimo de tres veces por semana. Se deben evitar las frituras y más bien procurar preparaciones saludables como guisos, cebiche, a la plancha, entre otros”, indicó D’Janira Páucar, nutricionista del programa.

Dijo que un estudio de la universidad estatal de Oregon, de Estados Unidos, ha establecido que el DHA, ácido graso omega 3, presente en los pescados azules (bonito, jurel, caballa y anchoveta), tiene efectos positivos para proteger al hígado frente a la acumulación de grasa.

En dicho estudio se analizaron los efectos biológicos del DHA específicamente en la enfermedad del hígado graso no alcohólico, una afección producida por la acumulación excesiva de grasa en este órgano en personas que no necesariamente consumen alcohol en altas cantidades.

El hígado graso no alcohólico está asociado a los malos hábitos alimenticios y tiene una relación directa con el sobrepeso y la obesidad. El exceso de peso genera mayor presencia de grasa en el hígado, lo cual produce inflamación y posteriormente puede generar problemas mayores como la cirrosis y el cáncer de hígado.

Páucar aclaró que el DHA cumple una función importante frente a procesos inflamatorios de este tipo.

“El DHA lo podemos encontrar principalmente en los pescados azules como la caballa, bonito, jurel y la anchoveta. Estos pescados aportan además proteínas, vitaminas y minerales”, afirmó.

Es importante mencionar que el hígado es un órgano muy noble y vital para asegurar el buen funcionamiento de nuestro organismo. Elimina toxinas y células que ya no son útiles, ayuda a sintetizar los carbohidratos y las grasas. Además, almacena vitaminas como la A, D, K y E.

La especialista indicó que el hígado se daña frecuentemente por llevar una mala alimentación, con exceso de grasas saturadas, azúcar y productos industrializados. A esto se le suma la falta de actividad física y poco consumo de agua.